¿Qué es VPGM?

No todas las manifestaciones violentas en contra de una mujer que hace vida política activa constituyen violencia política de género contra las mujeres como son los hechos violentos que hacen parte de la inseguridad ciudadana común o las opiniones críticas sobre la gestión.

Las mujeres al igual que los hombres que hacen vida política activa sea partidista o en otros ámbitos, están sujetas al escrutinio público y al control social, por tanto no debe confundirse la violencia política por razones de género con el análisis crítico o la denuncia por irregularidades en el desempeño del cargo, siempre y cuando sean fundamentadas y no constituyan practicas permanentes de acoso político que tienen por objeto precisamente descalificar la presencia de mujeres en el ámbito político.

fotografía del rostro de una mujer

La VPGM tiene tres características principales:

icono de un maletín

Se ejerce en contra de mujeres que hacen vida política activa, partidista o social.

icono de silueta de mujer

Se basa en los roles y estereotipos de género que la sociedad asigna a las mujeres, es decir por el hecho de ser mujer y la sexualización de la que es objeto.

icono de podio

Se ejecuta con la finalidad de discriminar a las mujeres de la política y restringir el ejercicio de los derechos de participación de las mujeres.

¿Cuál es el origen o causa de la VPGM?

Para entender la violencia política contra las mujeres es necesario comprender el papel determinante de los roles y estereotipos de género. Los estereotipos conformados por atributos de personalidad y roles que, por construcción histórica, cultural y social, son asignados al género masculino y femenino, constituyen opiniones o prejuicios generalizados acerca de atributos o características que hombres o mujeres poseen o deberían poseer o de las funciones sociales que ambos desempeñan o deberían desempeñar.

Un estereotipo es nocivo cuando niega un derecho, impone una carga, limita la autonomía de las mujeres, la toma de decisiones acerca de sus vidas, y de sus proyectos vitales o su desarrollo personal o profesional (Artículo 4 Ley Modelo). Parte de los estereotipos de género y que juegan un rol fundamental en la VPGM es la sexualización de las mujeres. Al cosificar a las mujeres como objeto sexual, se las califica o descalifica por su cuerpo y apariencia física y se las coloca en una posición pasiva y de subordinación respecto del hombre. Los roles tradicionales que socialmente son asignados a las mujeres en nuestra cultura corresponden con el de madre-esposa a cargo de las tareas domésticas, de cuidado familiar y dentro del ámbito privado u hogar.

Mientras que a los hombres socialmente se les asigna el rol productivo y de representación del poder político que se desarrolla en el espacio público. Evidencia de la persistencia de estos roles en nuestra sociedad es que pese a la existencia de leyes sobre igualdad y corresponsabilidad entre hombres y mujeres, los datos registrados en la Encuesta Nacional de Uso del tiempo muestran que los hombres ecuatorianos en general, destinan pocas horas a la semana a las tareas de cuidado y del hogar, dejando la mayor carga horaria a las mujeres. Ver Encuesta Nacional.

Estos moldes condicionan el proyecto de vida de los hombres y las mujeres al determinar lo que es apropiado para el género masculino y lo que es apropiado para el género femenino (ver los estereotipos de género). En el caso de la vida política que se desarrolla en el espacio público, los estereotipos de género determinan que el ejercicio del poder político es apropiado para los hombres y poco o nada apropiada para las mujeres pues su espacio debe ser el doméstico, el de la familia y las tareas del cuidado.

La violencia contra las mujeres difiere de la que enfrentan los hombres por las siguientes razones

Por su condición de género, es decir que los ataques se producen por el hecho de ser mujer y estar sujeta a los roles (doméstico) y los estereotipos que la cultura impone a las mujeres (belleza, recato sexual, apego a la familia, preocupación por los temas sociales). A los hombres se les suele atacar por otras condiciones como la discapacidad, etnia, raza u orientación sexual pero no por su género, pues se asume como natural su rol (público) y de representación política.

Porque están más expuestas a sufrir acoso y violencia sexual que los hombres, así como ataques a su honra.

Por la magnitud y la persistencia de la violencia. Más mujeres que hombres enfrentan violencia política y durante períodos más largos.

Los efectos de la violencia política son particulares en las mujeres. Puede acarrear problemas en su salud reproductiva (especialmente durante el embarazo y puerperio); el desprestigio y el aislamiento social son más severos en las mujeres, así como los conflictos familiares y de pareja.